Decorado (2016)
Al protagonista de esta película, un ratón llamado Arnold, no le salen las palabras, pero el título que le interrumpe ocupando toda la pantalla rellena ese vacío existencial: ‘Decorado’. Como si de ‘Matrix’ o de ‘El show de Truman’ se tratase, el nuevo trabajo de animación del gallego Alberto Vázquez retrata ese sentir generalizado de que somos unas simples marionetas de un sistema manejado por unos pocos gracias al sufrimiento y el trabajo de muchos, manipulados y sometidos bajo unas reglas injustas.
De que todo está orquestado en torno a un guion preestablecido en el que no puedes improvisar ni una línea, y todo el mundo a tu alrededor es parte de esa obra de teatro con un papel definido e inamovible. Pero, como en sus anteriores trabajos, con el contraste de ser contado por unos (aparentemente) adorables animalitos que protagonizan una versión anticapitalista de la ‘Rebelión en la granja’ de Orwell.
El ganador de 4 Premios Goya Alberto Vázquez siempre ha usado un humor cínico y surrealista como piedra de toque para llamar la atención sobre temas serios, con el cine fantástico como vehículo para enmascarar problemáticas sociales reales tras sus tramas aparentemente desenfadadas
Tal y como nos confesaba hace un par de años desde el Festival de Sitges, donde presentaba su anterior trabajo ‘Unicorn Wars’: “El punto de partida es la realidad, porque considero que la fantasía es muy interesante para hablar, de manera alegórica, de problemáticas reales y actuales. ‘Psiconautas, los niños olvidados’, por ejemplo, habla de la entrada de la droga en los años 80 en Galicia, de donde soy yo, y de la desindustrialización y la economía social. En ‘Unicorn Wars’, sin embargo, se tratan de una manera más alegórica los traumas, la pérdida de la inocencia… Esa guerra interna que se entremezcla con la guerra externa. Habla del origen de las guerras, de todas las guerras, de cómo la religión y una sociedad militarizada controlan la opinión pública.”
Decorado’ resucita el corto homónimo ganador del Goya en 2016 y lo expande en una fábula antisistema en la línea de las mejores distopías sociales de la ciencia ficción más reciente, pero, al mismo tiempo, pasándola por un filtro nihilista en el que todo está “atado y bien atado” y lo único que nos queda es, por ñoño y trillado que parezca, el amor. Pero ese pesimismo no deja de ser el único y verdadero golpe de protesta a un régimen que está todo el rato prometiendo felicidad y, al mismo tiempo, haciendo todo lo posible para negárnosla.
Y nunca una realidad tan dolorosa había sido plasmada en un mundo animado tan surrealistamente fantástico donde la policía son perros de presa de violencia incontenible, las zarigüeyas, marginadas por la sociedad, consumen droga que les provee el gobierno, y tus propios vecinos, que casi no tienen ni para comer, son los primeros en dar la voz de alarma cuando te saltas una ley autoritaria e injusta. Todo un ‘Decorado’ que nadie en su sano juicio pensaría que pudiera ser real hoy en día, ¿verdad?





















